Vacunación obligatoria o no, restricciones, martillazo, cierres, aperturas, crisis y caos hospitalario. Quizás al pensar en salud a nivel nacional, la pandemia y las polémicas en torno a las decisiones que se tomaron a nivel gubernamental, desde el inicio.
Recientemente, el gobierno de la República determinó que se elimina el estado de emergencia por el Covid-19, siendo otra decisión más dentro de la polémica en términos de salud, en la administración Chaves Robles. El presidente considera innecesario que se continúe en este estado, ya que la apertura general cada vez es mayor.
¿Hemos caído en manipulación o decisión correcta? Las posiciones varían, no obstante, aquí el punto es poner sobre la mesa si la salud, más allá de un derecho humano, es un derecho adquirido.
La Procuraduría General de la República (PGR) define como el derecho adquirido a aquel al que se ha obtenido en firme, por la vigencia del laudo, aún cuando a hoy aquél haya fenecido formalmente, por manera que se ha incorporado a la relación, en la medida en que no haya necesidad de acudir nuevamente al texto, clausulado o mecanismos allí establecidos.
¿Es entonces que necesario que se obligue a la vacunacunación o se tomen medidas severas para seguir conteniendo los contagios?
Es un dilema grande, sin embargo, por qué obligar a una persona a aplicarse un medicamento o vacuna si por el propio sentido del derecho a su propia salud, puede determinar qué es conveniente o no para sí mismo.
La salud, más allá de ser un derecho propio y humano también es un derecho adquirido, donde el individuo también puede determinar lo conveniente o no para su propio bienestar.
El derecho a decidir sobre la propia salud se basa en la necesidad del consentimiento informado de un paciente para ser sometido a un tratamiento o a una intervención médica.
Basado en ello, justifica la razón en no obligar a la vacunación obligatoria o inclusive a las medidas sanitarias requeridas, basado en la determinación sobre la propia salud, cada quien debe cuidarse como mejor sea considerado, la salud no está en manos de un gobierno, un papel o un correctivo, sino en manos de cada quién como dueño de su propia vida.
