Instituto para niños, jóvenes y adultos con discapacidad desmiente a vecinos que han encabezado acciones para desalojarlos

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  • Un grupo de habitantes que forman parte de la Asociación Específica para el Mantenimiento del Residencial La Cabaña ha hecho falsas denuncias afectando no solo la imagen del Instituto Andrea Jiménez, sino también a personal, padres de familia y estudiantes.

El Instituto Andrea Jiménez atiende actualmente alrededor de 90 niños, jóvenes y adultos con discapacidad cognitiva y otras condiciones asociadas. Muchos de ellos tienen hasta 20 o más años de asistir diariamente a este centro ubicado en San Francisco de Dos Ríos; sin embargo, en cualquier momento podrían quedarse sin un lugar donde recibir sus clases y terapias debido a una resolución de la Sala I, en la que ordenó el desalojo de las instalaciones luego de que por un error material por parte de la Municipalidad de San José se inscribiera mal el terreno que fue donado.

Hoy, esta población, sus familias y el personal de la institución viven con la incertidumbre de esta situación, pero, además deben soportar las falsas denuncias y en algunos momentos hasta las agresiones a la propiedad e insultos por parte de algunos vecinos que son los principales interesados en que el Instituto salga del lugar para que la propiedad se convierta en un parque público pese a que en la zona hay otros cuatro espacios públicos.

Imagen de archivo

Falsas denuncias

En múltiples ocasiones, algunos de estos vecinos que además pertenecen a la Asociación Específica para el Mantenimiento del Residencial La Cabaña han manifestado mentiras como que existe una demanda de Acueductos y Alcantarillados -AyA- en contra del Instituto Andrea Jiménez.

Lo cierto del caso es que no existe ningún conflicto o denuncia, pues por el contrario en el año 2017 inició un proceso con el Instituto y AyA para tratar las aguas residuales como parte del “Proyecto de Mejoramiento Ambiental del Área Metropolitana de San José” cuyo objetivo es mejorar las condiciones ambientales del área, causada por la descarga directa en los ríos de aguas residuales sin tratamiento mediante la rehabilitación y extensión del sistema de alcantarillado sanitario.

Para esto se debió hacer un estudio y posteriormente AyA creó una servidumbre para la cual debió instalar una tubería que pasa por el sector del parqueo del instituto, acción que resultó en una negociación respetuosa entre AyA y el instituto. En este caso lo que procede es una indemnización por parte del AyA por la sección que fue expropiada para la tubería; sin embargo, esos fondos que funcionarían para apoyar diferentes proyectos no entraron a las cuentas de la Fundación debido a que la propiedad se encuentra con un gravamen por la demanda presentada por los vecinos de la comunidad.

“Nosotros fuimos respetuosos y colaboradores con Acueductos y Alcantarillados para un proyecto tan importante para el país, no hemos tenido nunca problemas con esta institución y tenemos toda la documentación que lo comprueba”, comentó Silvia Mora Monge, Directora Administrativa de la institución.

Imagen proporcionada al medio de comunicación

Agresiones

Los frentes han sido varios, pues en su objetivo de lograr que el terreno sea un parque público, los vecinos han rayado las paredes del muro de la institución con improperios contra funcionarios de la institución.

También se han dado amenazas y en octubre del 2012 cuando se instaló la tapia perimetral residencial para evitar que algunas personas ingresaran a consumir drogas y a realizar otro tipo de actos vandálicos, los vecinos bloquearon el paso al instituto con obstáculos y agresiones verbales requiriendo incluso la intervención de las autoridades.

Fue por esta razón que la administración del Instituto interpuso una denuncia en contra de estas personas que impedían el libre funcionamiento de la institución, pero sin solicitar montos de dinero como en algunas ocasiones han indicado algunos vecinos.

“Más empatía”

No todos los vecinos de La Cabaña de San Francisco de Dos Ríos se han opuesto a la existencia del Andrea Jiménez pues se consideran “más empáticos” con la población que asiste a este centro todos los días para mejorar su calidad de vida.

Doña Yamileth Vargas tiene 22 años de vivir en este sector y reconoce el gran amor que reciben los estudiantes en la institución, así como los beneficios de las terapias que ahí se les da a todos los estudiantes “Yo estoy a favor de los niños, de los adolescentes y de las personas mayores que vienen a este instituto para estar mejor… Hay que entender que ellos tienen una continuidad acá y que, si se les corta, también se va a impedir su evolución y lo peor es que algunos de ellos ya no los van a aceptar en ningún lugar por su edad; de verdad que si cierran esta institución va a ser un gran retroceso para estos muchachos y chiquitos”, manifestó.

Esta vecina espera que el Instituto pueda continuar ahí “Me parece que esto es un capricho de algunos dirigentes porque ese terreno cuando estaba abierto se prestaba para el uso de drogas y hasta para delincuencia, entonces uno se pregunta para qué hacerle daño a una población que de verdad requiere de todos los servicios que ahí les dan, así como sus familias porque muchos son becados”, agregó.

 “Pagamos muchos impuestos y a mí no me estorba que estén ahí, yo espero que se pongan la mano en el corazón y si se tienen que ir que les den tiempo razonable para que puedan estar bien”.

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