Unicef destaca cuatro grandes desafíos para que Costa Rica no pierda los logros alcanzados con la infancia

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Shrusti studying at home during covid lockdown.

  • Los aportes de UNICEF en el país van desde las primeras vacunas contra el sarampión, alimentos, educación y protección contra la violencia, hasta las vacunas e implementos contra Covid-19, en la actualidad.

En el marco de su 75 aniversario, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) señala los cuatro grandes desafíos para que Costa Rica no pierda lo avanzado en el cumplimiento de los derechos de la infancia y a la vez que busca mitigar los efectos de la COVID-19, catalogada como la peor crisis para la niñez y adolescencia en el mundo.

“Sabemos que en Costa Rica, el Estado, las instituciones, las autoridades y  la ciudanía han hecho grandes esfuerzos por evitar un impacto mayor de COVID-19 en la infancia, sin embargo, es una realidad que golpea y que deja grandes desafíos como son: la educación de calidad desde el inicio de la vida de niñas y niños, con acceso al mundo virtual y la alfabetización digital,  la erradicación de la pobreza infantil, la necesidad de una formación educativa de manera que las personas adolescentes y jóvenes encuentren empleo y por supuesto, un  entorno donde el clima no sea una amenaza para la vida ni ningún tipo de violencia”, recalcó la Representante de UNICEF en Costa Rica, Patricia Portela De Souza.

Los grandes retos de Costa Rica

1. Educación con calidad e inclusiva desde la primera infancia, con acceso universal a internet y nuevas tecnologías.  Datos del Ministerio de Educación Pública (MEP) señalan que, en abril de 2021, de una población escolar de alrededor de un millón, solo cerca del 60% había tenido acceso a su plataforma educativa, el resto ha tenido que seguir su proceso por WhatsApp, recursos digitales offline e impresos. Asimismo, solo el 34% de estudiantes tiene equipo y conectividad plena, 29% tiene acceso limitado a ambos y el resto no cuenta con ninguno. Esta situación también aumenta las posibilidades de repitencia e incluso de exclusión del sistema educativo. (Naciones Unidas Costa Rica)

2. Expansión y fortalecimiento de las Políticas de Protección Social para erradicar la pobreza infantil y proteger los más vulnerables, beneficiando directamente los 32 de cada 100 niñas y niños que viven bajo la línea pobreza. (32% de 1,4 millones, es decir cerca de 450 mil niñas y niños, 1 de cada 3, vive en la pobreza).

3. Asegurar oportunidades a los adolescentes y jóvenes para que completen su educación y desarrollen competencias para la empleabilidad. En la actualidad la cantidad de personas jóvenes (15 a 24 años) que no estudian ni trabajan en el país es de 125 mil personas (Encuesta Continua de Empleo; INEC, III Trimestre, 2021).

4. Acciones de mitigación del cambio climático, que afecta desproporcionadamente a las niñas, niños, adolescentes y jóvenes, a quienes los impactos del medio ambiente actualmente representan amenazas a las décadas de progreso alcanzadas en la capacidad de sobrevivir, crecer y prosperar. En Costa Rica, UNICEF ha apoyado desde el año 2018 a personas jóvenes para que tengan voz y brinden sus aportes en las conferencias de cambio climático (COP) y acciones locales. 

Imagen: Unicef Costa Rica

Aportes de UNICEF en Costa Rica

 “Celebrar el pasado, invirtiendo en el presente para reimaginar el futuro con y para las niñas, niños y adolescentes en Costa Rica”, con este lema UNICEF celebra el 75 aniversario en el mundo, de los cuales lleva 35 en Costa Rica, desde que en 1986 abrió su oficina en San José. Extendió así, su cooperación en alimentación y salud que inició en 1950, a las áreas de educación y protección de todas las formas de violencia, incluida la violencia sexual y el trabajo infantil y la lucha por la equidad para que ninguna población: indígena, migrante, afrocaribeña o con discapacidad se quede atrás.

Mortalidad infantil: Entre sus grandes aportes están las contribuciones para la reducción de la tasa de mortalidad infantil que pasó de 90 niñas y niños que morían por cada mil antes de cumplir un año en 1950 a 8,8 en el 2020, también por cada mil, una de las más bajas en el mundo.

Vacunación: También destacan las campañas de vacunación contra el sarampión hasta las de hoy contra la COVID-19, pasando por la erradicación de la poliomelitis.

Educación: UNICEF compró suministros de higiene para la reapertura segura de 27% de los centros educativos con más necesidades y apoyó el MEP en el mapeo de las escuelas que están conectadas a internet y el desarrollo de la plataforma ´Aprendo Pura Vida´ que permite el aprendizaje online y offline y será lanzada en inicio de 2022.

Nos enorgullece haber cooperado cuando en 1970 surgió el Plan Nacional de Desarrollo Educativo (PNDE) que reafirmó el perfil de la educación como un proceso integrado, en el desarrollo de la actual política educativa que establece la obligatoriedad de preescolar a partir de los 4 años como parte del ciclo escolar, en 2018.

Trabajo infantil:  Entre 1994 y 1998, fuimos parte del logro que permitió la inclusión del módulo especial de trabajo infanto-juvenil en la Encuesta de Hogares de Propósitos Múltiples (EHPM), que culminó en 1998 con la prohibición del trabajo para personas menores de 15 años.

Políticas públicas:  UNICEF ha brindado a lo largo de estos años apoyo técnico en la formulación, promoción, difusión y ejecución de leyes que favorezcan los derechos de la niñez y adolescencia, y ha coordinado para que se cumplan.

Fortalecimiento del PANI: Hemos acompañado el camino hacia la rectoría del PANI en materia de infancia, adolescencia y familia. El PANI pasó por un proceso de transformación desde 1930 para llegar a ser la institución rectora de hoy, desde 1996.

Primera infancia:  En la actualidad, UNICEF trabaja de la mano con la Secretaría Técnica de la Red de Cuido y Desarrollo Infantil (REDCUDI) en generación de estándares de calidad y certificación en los centros infantiles del país, de manera que se garantice que una niña o un niño recibe un cuidado con un mínimo de calidad, no importa en que centro o lugar del país lo reciba. También  un sistema de información que permite llevar datos de niñas y niños como peso y talla.  Un sistema de georeferenciación que le facilita a la familia localizar el centro de su conveniencia, ya sea cerca del lugar y del trabajo, y al centro infantil ofrecer sus servicios.  Asimismo, una   una estrategia de comunicación que apoya a los centros infantiles y a las familias en la crianza positiva, con cerca de 400 productos comunicacionales, incluidos cuentos, canciones, mensajes de especialistas y volantes en redes sociales.  

El contexto mundial en el 75 aniversario

El informe global Evitemos una década perdida: Hay que actuar ya para revertir los efectos de la COVID-19 sobre la infancia y la juventud estima que nada menos que 100 millones de niños más viven en situación de pobreza multidimensional debido a la pandemia: un aumento del 10% desde 2019. Esto equivale aproximadamente a 1,8 niños por segundo desde mediados de marzo de 2020.

  • En el punto álgido de la pandemia, más de 1.500 millones de estudiantes no pudieron asistir a la escuela debido a los confinamientos decretados en los países. En el primer año de crisis, las escuelas permanecieron cerradas en todo el mundo durante casi el 80% del tiempo de enseñanza presencial.
  • Los problemas de salud mental afectan a más de un 13% de los adolescentes de 10 a 19 años en todo el mundo. En octubre de 2020, la pandemia había interrumpido o suspendido los servicios de salud mental esenciales en el 93% de los países de todo el mundo.
  • Antes del final de esta década, pueden producirse hasta 10 millones de matrimonios infantiles más como consecuencia de la pandemia de COVID-19.
  • El número de niños sometidos al trabajo infantil ha aumentado hasta alcanzar los 160 millones en todo el mundo, lo que supone un aumento de 8,4 millones de niños en los últimos cuatro años. Del mismo modo, otros 9 millones de niños corren el riesgo de verse obligados a trabajar para finales de 2022 como resultado del aumento de la pobreza provocado por la pandemia.
  • Durante el punto álgido de la pandemia, 1.800 millones de niños y niñas vivían en los 104 países donde se interrumpieron gravemente los servicios de prevención y respuesta a la violencia.
  • 50 millones de niños sufren emaciación, la forma más letal de la malnutrición, y esta cifra podría aumentar en 9 millones antes del final de 2022 como consecuencia de los efectos de la pandemia sobre la alimentación, los servicios de nutrición y las prácticas de alimentación de los niños.

Kedy Chavarría

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