Foto: Archivo/Pixabay

“Puedes ser poderosa y hermosa al mismo tiempo”

Serena Williams

Me gustaría empezar con esta frase de la afamada tenista de la que todos hemos oído hablar en algún momento, pero, ¿por qué empezar así? A mi parecer las mujeres a lo largo del tiempo hemos sido fuertemente juzgadas desde el inicio de los deportes en la humanidad, más aún cuando a la primera heroína se le ocurrió la idea de practicar algún deporte y muy probablemente ella sufrió durante toda su carrera pero marcó la historia y levantó la voz por todas.

Continuando, siempre nos hemos visto criticadas; por el deporte que practicamos, por el uniforme, por nuestros gustos, porque en muchos casos nos dicen que no es femenino, pero ¿sabemos realmente qué significa ser femenina?, la RAE lo que nos dice como significado es “que tiene órganos para ser fecundado” entonces yo pregunto, ¿la forma en que pensemos, vistamos o lo que practicamos nos hace dejar de ser femeninas?

Creo que la respuesta es muy clara y es que no, que nada de esto influye, ya que lo anatómico o fisiológico no tiene nada que ver en este caso.

En nuestras filas de grandes atletas contamos con nombres fuertes como es el caso de Brisa Hennessy una surfista que nos representa bastante bien, Camila Haase nadadora paralímpica, Claudia y Sylvia Poll hermanas nadadoras olímpicas, Hanna Gabriels y Yokasta Valle boxeadoras, entre muchas otras que se han y nos han abierto camino en el enorme mundo del deporte y justo ahí es donde me gustaría explicar otra cosa.

Las mujeres no buscamos ser iguales a los hombres porque no lo somos, merecemos respeto, que es distinto, pero ¿a que nos referimos con respeto?, podemos empezar desde lo más sencillo como comentarios, gestos o lo que nos llegan a gritar cuando estamos practicando nuestro deporte, hasta darnos el valor que merecemos según nuestras capacidades; hablamos de salarios, patrocinios o fichajes.

Por ejemplo podemos ver a muchas deportistas patrocinadas por Nike como Melissa Herrera o Andrea Vargas quien es patrocinada por Adidas, ver un estadio lleno para una final de fútbol femenino y toda la emoción que se vivió, llenar un gimnasio para una velada boxística y ver a un país entero identificarse con alguna disciplina de nuestra Costa Rica, pero ahora también pensemos cuánto han tenido que sacrificar ellas para poder tener lo poco con lo que cuentan ahora, está bien, hemos avanzado mucho en ese ámbito pero aún nos falta mucho por recorrer, como más patrocinios, apoyo desde casa, más oportunidad para aprender un deporte desde niñas, apoyo en los centros educativos y otro sin fin de cosas. 

Un día una jugadora española me dijo: “ya que ellas (jugadoras profesionales) hicieron su parte, ahora nos toca a nosotras seguir en esta lucha de todos los días”, muchas veces por no decir que en todos los equipos femeninos se tiene que entrenar a tempranas horas porque después hay que ir a trabajar o estudios, y estamos hablando de atletas de alto rendimiento o profesionales. Esto a nivel masculino cuesta mucho verlo, es decir, para nosotras es difícil vivir del deporte pero para los hombres es mucho más sencillo dedicarse solo a esto y en muchos casos lamentablemente por eso los resultados pueden ser mejores en hombres que en mujeres y aclaro digo pueden, no que son mejores.

Considero que esto ante los ojos del mundo ya está muy claro pero la mayoría de las personas al llegar al puesto en el que pueden cambiar un poco la situación se les olvida o se hacen de la vista gorda y me parece que eso es lo que ha hecho que nos cueste tanto avanzar, pero repito aquí seguimos luchando con todas nuestras fuerzas contra una lucha constante de todos los días pero el plan es no desfallecer y seguir levantando la voz y abriendo camino.                                                                              

Por: Valeria Vargas Nájera.

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