El lugar de trabajo puede constituir un entorno que amplifique problemas generales que afectan negativamente a la salud mental.
Desde 2015 la salud mental fue incluida en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), específicamente en el #3: Garantizar una vida sana y promover el bienestar para todos en todas las edades, esto debido a que una cobertura universal de salud debe incluir también la mental y el bienestar en el lugar de trabajo.
A diferencia de un malestar físico que puede ser detectado a simple vista o bien mediante exámenes médicos, la salud mental es una condición que cuesta diagnosticar y, a sus síntomas se les atribuye padecimientos como: cansancio, estrés (familiar o laboral) e incluso el trajín del día a día, los cuales se pueden acrecentar en los lugares de trabajo.
¿Cómo pueden las empresas cuidar la salud mental de los colaboradores? Las personas empleadoras cuentan con herramientas normativas que les permite prevenir y atender, bajo un procedimiento establecido, aspectos como: el acoso laboral, síntomas de un colaborador que está quemado, evitar riesgos a la seguridad y la salud en el trabajo, incluso la generación de estrategias para la gestión del comportamiento suicida de una persona colaboradora.
Entendiendo las normas técnicas como herramientas que describen la mejor manera de hacer algo, el comité de factores psicosociales ha generado una serie de normativas con el objetivo de que brindarles una referencia de para cuidar la salud mental de sus colaboradores.
“Queremos que las organizaciones cuenten con una estructura preventiva de salud organizacional, incluyendo la salud mental en el lugar de trabajo, ya que, cuando la interacción y, el desarrollo en el día a día impacta de manera negativa pueden llegar a ser detonantes de enfermedades físicas y emocionales”, explicó José Adrián Arroyo, gestor de proyectos de normalización en INTECO.
Algunas de las herramientas con las que cuentan las empresas son:
Da lineamientos conceptuales para la identificación, evaluación y atención de los factores psicosociales laborales, la estructura preventiva de salud ocupacional y la participación de las personas trabajadoras.
Establece un procedimiento para que la persona empleadora y trabajadora prevenga, detecta y atienda el acoso laboral en el lugar de trabajo para evitar riesgos a la seguridad y salud en el trabajo.
Establece líneas de acción dirigidas a adaptar el trabajo a las características y habilidades de las personas trabajadoras adultas intermedias y mayores, para promover en la totalidad de la población trabajadora un proceso de envejecimiento saludable y positivo a través del enfoque del curso de vida.
Establece estrategias para la gestión del comportamiento suicida en los lugares de trabajo.
“Los entornos de trabajo seguros y sanos no solo son un derecho fundamental, sino que también tienen más probabilidades de minimizar la tensión y los conflictos en ese ámbito y mejorar la fidelización del personal, así como el rendimiento y la productividad laborales, resguardando la salud mental de cada persona que forma parte de la organización, contribuyendo a que tengan una vida de calidad”, puntualizó Arroyo.
Riesgos para la salud mental en el trabajo
El lugar de trabajo puede constituir un entorno que amplifique problemas generales que afectan negativamente a la salud mental. Algunos de los aspectos que pueden poner en riesgo la salud mental en el trabajo son la siguientes:
Cargas o ritmo de trabajo excesivos.
Horarios excesivamente prolongados o inflexibles.
Falta de control sobre el diseño o la carga del trabajo, funciones laborales poco definidas.
Condiciones físicas de trabajo inseguras o deficientes.
Cultura institucional que permite los comportamientos negativos.
Apoyo limitado por parte de colegas o supervisión autoritaria.
Violencia, acoso, hostigamiento, discriminación y exclusión.
Demandas conflictivas para la conciliación de la vida familiar y laboral.
Desde INTECO nos unimos al Día Mundial de la Salud Mental con la consigna de concientizar a las personas acerca de la importancia de la salud mental en cada ámbito de la vida, como un derecho humano universal. Además, el llamado a las organizaciones para que visualicen la importancia de fortalecer las competencias necesarias para lograr establecer procedimientos que permitan el reconocimiento de esas alertas que las personas colaboradoras puedan generar acerca de situaciones que puedan poner en riesgo su salud mental en el trabajo.